12 de marzo de 2011

¿Cómo convencieron a Álex de la Iglesia?

Después de escribir la última entrada, cayó en mis manos el Semanal del 13 al 19 de Febrero donde viene el artículo titulado así. Hoy lo estaba releyendo y quería compartirlo con vosotros.Yo  no es que entienda ni mucho menos de economías de mercado ni sé cuál es la mejor, pero como consumidora internauta que soy, creo que dice cosas bastante interesantes. Al menos se ofrecen posibilidades distintas. Si teneís un ratito, ya sabéis ;) Os dejo un resumen:

- "Explicó (Alex de la I.) que había cambiado su postura respecto a la ley y las descargas tras hablar con quienes representan las posturas más moderadas de los llamados internautas. Especificó que eran los que no están a favor del todo gratis, están de acuerdo en reconocer los derechos del autor frente a su obra y les parecía correcto buscar una manera ágil y eficaz de hacerlo. Entre ellos, citó al abogado David Maetzu y al profesor de sistemas de la información Enrique Dans. Aun teniendo posturas divergentes, el director de cine asegura que le dieron una lección (...)
- "El punto de partida para ellos - que no para los denomiados creadores- es que ya no existe una posibilidad real de controlar las obras en un entorno digital. En palabras de Dans, cualquier cosa reductible a bits se puede mover y no existe posibilidad técnica de pararlo (...) lo que habrá que hacer es buscar un modelo que permita ganar dinero dentro de este nuevo marco. Intentemos delimitar el marco".
- Algunas de las medidas que proponen este par de persuasivos expertos, son:
     M. Financiación colectiva, realizada normalmente a través de Internet, que es una manera de buscar fondos antes de realizar el proyecto. U ofrecer tarifa plana para acceder a un catálogo completo.
          La ley Sinde está basada en la escasez de la obra, por lo que creo que debería segmentarse el criterio de explotación de la obra en función de que sea en un entorno profesional o doméstico.
     D.  El problema, y es lo que yo cambiaría, es que hoy existe un monopolio sobre quién gestiona los derechos. Porque ni el artista ni el consumidor pueden elegir entre distintas sociedades de gestión de esos derechos.
     M.  Lo justo es que haya una oferta sencilla para acceder al contenido cultural a un precio razonable.
     D.   El mercado refleja que hay una demanda que no se cubre. Si no puedo adquirir de manera regular series americanas sin una arquitectura tecnológica complicadísima, ¿qué haré? Descargarlas. Hay una demanda que no está siendo atendida, y esta situación debería corregirse.
     M.  Hay muchos modelos que ya se ha demostrado que funcionan : Amazon, iTunes, Spotify...Puede ser mediante cuotas mensuales que den acceso a un contenido ilimitado o a través de pagos por descargas concretas, pero modelos hay. Y ajustarse a ellos no pasa por un cambio de legislación. Las productoras podrían aprovechar la experiencia de sitios como seriesyonkis.com en crear plataformas. Sería un mejor negocio para todos.
     D.   La industria debería darse cuenta de que el paralelismo entre obras que más se descargan y que más dinero generan no es casualidad.  Las discográficas, por ejemplo, están acostumbradas a un margen de beneficio del 90 % y hoy en día no son necesarias. El propio artista puede distribuir su contenido digitalmente; se han convertido en un mero fabricante de plástico. ¿Que por el camino se pierden puestos de trabajo? Es inevitable, se llama avance tecnológico y ha ocurrido en toda la historia de la humanidad. ¿Para qué voy a seguir pagando a un aguador cuando tengo una cañería?
            Si se demuestra que las páginas alojan contenido, deberían cerrarse, pero si sólo enlazan, no. Perseguir el enlace es absurdo. Es perseguir Internet. Injustificable.
     M.   El usuario no debe ser perseguido por hacer uso de una tecnología que tiene a su disposición. Lo que se debe hacer es concienciarlo de que eso tiene un valor. Pero al mismo tiempo que el precio que pague tenga que ver con la inversión realizada. No puede costar lo mismo un libro en papel que digital ni todas las películas  pueden costar lo mismo.
     D.    Los países donde más descienden las descargas, no son aquellos que más miedo meten, sino los que crean alternativas: Spotify lo ha conseguido en Suecia; iTunes en E.E.U.U...
     M.    Si bajan las posibilidades de rentabilizar una inversión, bajará, sin duda, el nivel de creación intelectual. Si quienes viven de la creación artística no reciben suficiente remuneración, inevitablemente, producirán menos.

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